El Sistema de Salud Británico es completamente público, gestionado por el gobierno central y financiado por el presupuesto del salud del Reino Unido. En este modelo hay una única entidad pública, la NHS, como prestadora de servicios de salud y la atención se presta solo en hospitales públicos. El sistema cuenta con una amplia cobertura de servicios incluyendo atención primaria, atención hospitalaria, mental, maternal e infantil, entre otras.
Por otro lado, el Sistema de Salud Suizo está compuesto de seguros de salud privados pero regulados por el Estado. El sistema obliga a toda la ciudadanía a adquirir un seguro que pueden elegir de entre la múltiple oferta existente. El gobierno regula a las compañías aseguradoras garantizando que todos los seguros cuenten con un nivel de cobertura mínimo y el costo aumenta al incluir más servicios. El servicio es prestado por una combinación de médicos privados, hospitales públicos y privados y otros proveedores médicos.